Después de medio año de obras, la ampliación de Gran Vía de Madrid ve este viernes la luz. Han sido seis meses desde que el Ayuntamiento de Madrid comenzara las obras a lo largo de la calle y lo único que han provocado son malestar entre los viandantes y pérdidas económicas en los comercios que se encuentran a lo largo de la avenida.
“La belleza cuesta”, comentan resignados los comerciantes de la zona
A diario pasan miles de personas y como dicen algunos “la belleza cuesta”, pero los madrileños no están muy de acuerdo con este dicho y a algunos les está costando hasta la salud. En los últimos meses, lo único que han visto y oído son a decenas de operarios con máquinas ruidosas y pesadas taladrando a diario sin descanso.
Pesadilla en la Gran Vía
Los comercios siguen con la incertidumbre sobre si las nuevas aceras en Gran Vía les beneficiarán o no ya que piensan que es imprescindible reducir la contaminación aunque circular resulta imposible y muchos ciudadanos optan por hacer sus compras en otras zonas de Madrid.
(Con información de Adrián Linares)
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